Todos tenemos la esperanza de que algún día nos va a tocar la lotería pero en torno a cada uno de los sorteos se generan curiosas historias con final feliz o no. A continuación os contamos algunas de ellas.
Cuatro historias curiosas
- David Long y Kathleen MacKenzie, una pareja británica de recién casados, tiraron por error un boleto de EuroMillones a la basura una vez celebrado el sorteo.
David vio por casualidad el boleto y lo sacó de allí. Menos mal porque ¡el boleto estaba premiado con un bote de 100 millones de euros!
- En 2012 un afortunado tuvo un premio de 80 millones de euros pero nunca lo reclamó.
Se sabe que el boleto premiado de Euromillones fue vendido en Stevenage & Hitchin (a 55 kilómetros de Londres) pero pasaron los meses y nadie lo pidió.
Entre las hipótesis que rodean la situación se encuentra la posibilidad de que el ganador no comprobara su billete, lo perdiera o incluso, que falleciera. La lotería británica, a falta de un vencedor, decidió destinar el premio a obras benéficas.
- En España, Francisco Delgado Rodríguez, un panadero que ganó 121 millones de euros en Euromillones, desapareció de su pueblo, Pilas (Sevilla).
Durante semanas los vecinos se estuvieron preguntado dónde estaba su paradero y llegaron a pensar que nunca volvería. Sin embargo, Francisco José acabó regresando a su antiguo hogar, su padre cerró la panadería en la que ambos trabajaban y se compró un Porsche y un ático en el centro de su localidad natal.
- Michael Carrol fue capaz de gastar 15 millones de euros en tan sólo 7 años.
Nadie hubiera pensado que sería capaz de tal hazaña al ganar en Lotería británica en 2002. Por aquél entonces era un basurero que vivía modestamente y empezó a gastar su dinero de manera inocente: compró regalos a familiares y amigos y se concedió algunos caprichos. Pero poco después comenzó a gastárselo en drogas, juego y prostitutas. Finalmente, una vez arruinado, tuvo que volver a trabajar de basurero, profesión a la que sigue dedicándose hoy en día.
Esperamos que los próximos ganadores de Euromillones seáis vosotros pero siempre, administrando el dinero con cabeza.
¡Mucha suerte!